viernes, 17 de noviembre de 2017

NOAH


El diez de noviembre de 2.017 a llegado a este mundo un nuevo miembro de la familia, el segundo hijo de mis hijos Gabriel y Virginia. Hace dos años y medio nos regalaron a Enara su primogénita y ahora a su hermano Noah, nombre cuyo significado es Noé, que es indistintamente para niño y niña, o sea que es unisex. El nombre es bonito y pegadizo, aunque tengo que reconocer que poco usual por ahora, que todos sabemos lo de la moda de los nombres, y si no que se lo digan a los maestr@s.
Afortunadamente todo salió bien y ya están en su casa, su confortable hogar, con su pizpireta hermana que tras conocerlo puso la normal cara seria que todos los niños ponen ante un personaje desconocido, después se lo ha tomado muy bien, le habla y hace caricias, el se pasa casi todo el día dormido con cara de estar muy satisfecho. La hermana parece que tiene prisa porque crezca rápido para que juegue con ella, cosas de la poca edad, ya que ella aun habla algunas cosas en clave casi ininteligible, aunque sabe muy bien lo que quiere y lo que no, afianzando su personalidad a pasos agigantados.

Noah, es ya el cuarto nieto, Claudia, Alejandro, Enara, y ahora Noah. Es una gozada ver crecer la familia, saber que cuando nosotros ya no estemos parte de nuestra sangre seguirá viviendo en ellos, para mí esa es la única y mejor resurrección con la que podría soñar.
Como con los anteriores nietos tenía que escribirle unas notas, no iba a ser menos mi benjamín NOAH.
Al igual que con los anteriores nietos mi deseo principal es que sean queridos, que no les falte de nada, y no me refiero a lujos superfluos, solo en el sentido de lo verdaderamente importante, y sobre todo que sean muy felices. Sé que lo serán ya que han tenido la gran suerte de nacer fruto del amor de sus padres. Ninguno de ellos sufrirá el desamor ni el desapego, ellos aún no saben de su suerte, solo cuando pase el tiempo y la vida les muestre con toda su crudeza, la triste realidad que sufren millones de niños en el mundo, un mundo que se llama civilizado, pero que deja que se mueran de hambruna, dejan que sufran en sus carnes la maldades de guerras provocadas por intereses, les niegan la entrada a otros países a las familias que huyen de esas malditas guerras que otros provocan, y que solo ellos las sufren, para ser olvidados y llamados “daños colaterales”, lo digo siempre, pero por mucho que lo repitamos nunca lo diremos lo suficiente, pues por desgracia los dueños del mundo no ponen ningún empeño en cambiar nada.

Me preocupa, eso sí, el mundo que les vamos a dejar, porque sin ir más lejos ayer mismo científicos de todo el planeta 15.000 exactamente de 184 países, han dado la voz de alarma a todos los países para que hagan algo, para que paren esta acelerada destrucción del planeta, aunque mucho me temo que todo seguirá igual. 

Está claro que ni yo ni nadie de mi generación lo veremos, pero eso no quita para que sufra pensando en mis cuatro nietos, en su futuro, en su paso por este planeta llamado Tierra.
Ojala que los gobernantes de esta tierra sean conscientes de lo tremendo que sería no poner las medidas adecuadas para su recuperación.

Bienvenido al planeta Tierra NOAH, bienvenido a un mundo que es y podría ser mucho mejor si todos ponemos de nuestra parte, para que tú, y todos los de vuestra generación lo contempléis en todo su esplendor.

Tu abuela Conchi que te quiere y te quiso aun antes de nacer.

lunes, 31 de julio de 2017

QUE SÍ, QUE SÍ, QUE LA VIDA VA EN SERIO.


Nos damos cuenta demasiado tarde que “la vida va en serio”. 

La vida puede ser maravillosa y a la vez cruel. En segundos puede transportarnos de la mayor felicidad, a la mayor tragedia, lo peor de todo es que nadie está preparado para ese cambio tan brutal. En la vida no hay ensayos como en el teatro, o en la música, no hay un seguro a todo riesgo que nos compense, es un salto de trampolín sin red.  Siempre da una de cal y otra de arena, nos damos cuenta de ello demasiado tarde, de todas formas tampoco podríamos hacer nada. 

Ciertamente, de las desgracias nadie se libra, da igual el estatus que tengas, aunque en otras muchas cuestiones y curiosamente, la vida, no trata a todos por igual, no debería ser así, pero es la verdad, ¿selectiva?  O paradojas de la propia vida. Sinceramente no creo que sea la propia vida per se, somos los humanos, los que hacemos las distinciones, desde que el mundo es mundo. El ser humano es el mejor y el peor de los seres vivos, en él se encuentran todas las virtudes y todos los defectos, la mente de los humanos ha sido y sigue siendo conflictiva, nadie como el ser humano es capaz de lo más humano y de lo más ruin. De tener sentimientos nobles, de sentir  empatía por los más débiles, o de ser un miserable capaz de conseguir sus propósitos al precio que sea.

Qué duda cabe de que a los pobres de solemnidad siempre les toca la peor parte. A ver si no, en caso de un desastre natural, por ejemplo: un terremoto ¿qué barrios se destruyen antes? Los de los ricos y poderosos, construidas con todas las garantías y últimas tecnologías a prueba de seísmos, o las viviendas de barrios deprimidos de construcciones de bajo coste y dudosa calidad, porque a ningún gobierno le importa un pepino el destino de sus moradores. 

Si amig@s la vida va en serio, y mejor acostumbrase lo antes posible a sus vaivenes. Una cosa buena que se aprende con los años es saber valorar las cosas que de verdad son importantes, que no son precisamente las que se puedan comprar, a veces cuesta saber valorarlas, es por eso que la experiencia es un grado, las vivencias te lo enseñan, solo tienes que tener los pies en la tierra para darte cuenta, aun así, hay gente que jamás se enteran. 

Perdón por el tostón, es que hoy me ha dado por filosofar y tenía el blog abandonado, he ahí la cuestión.